Ser papá o mamá hoy día puede ser una responsabilidad más difícil de realizar que antes por el avance tecnológico de la humanidad, la inseguridad y la crisis ambiental. Los dispositivos y programas computarizados ofrecen una competencia significativa a la exploración del mundo natural por su rápida conexión con los sistemas de recompensa interior del cerebro del joven. La inseguridad en los barrios y las ciudades han generado una falta de exploración del mundo por parte de los niños que antes se hacía, desde subirse a los árboles hasta montar en bicicleta por todos lados del barrio. Muchos niños hoy día no comprenden de dónde vienen los alimentos por estar inmersos en una ciudad totalmente artificial y están expuestos a bajo contenido nutricional por el exceso de alimentos ultraprocesados. Observo una tendencia en los padres de familia hoy día a sobre proteger a sus hijos y de los hijos a dominar el escenario familiar.
En esta primera parte, expondré brevemente lo que necesitan los niños y jóvenes, y los asuntos en su desarrollo que he observado frecuentemente. En la siguiente parte, me enfocaré en formas de crianza que podrían ayudar al adecuado desarrollo de los niños y jóvenes.
¿Qué necesitan los niños y jóvenes?
Importante diferenciar entre lo que tu hijo necesita y lo que quiere. Una magnífica forma de ayudar a nuestros hijos es preguntarnos siempre “¿Lo necesita realmente?” Cuando nuestros hijos reciben todo lo que quieren sin importar sus necesidades, lo que aprenden es a pedir y recibir, confundiendo placer con felicidad en sus mentes y cerebros. Sí uno quiere que su hijo(a) aprenda algo, es importante que experimente algo retador (no miedoso) y después de algunos intentos logre resolverlo u obtenerlo. Así, aprende a resolver problemas o crear futuros deseados, habilidad que lo acompañará de por vida. En cambio, aprender a pedir y recibir, no requiere casi ninguna nueva habilidad ni conocimiento, ya que nacemos con eso y se nota cuando un bebé llora, para obtener comida, atención y diversión.
Por lo general, los niños necesitan afecto, ser competentes (éxito), autonomía, diversión y supervivencia, y nacen con diferencias en la intensidad para cada una de esas cinco necesidades. Los niños en espectro autista, generalmente tienen baja necesidad de afecto (amor, amistad, cariño, pertenencia). En una familia de dos hijos, uno podría necesitar más afecto que otro, quien podría necesitar más el ser competente. Es decir, la forma de criar al primero que necesita más afecto sería con más caricias físicas (abrazos y besos), mientras que con el segundo que necesita más el ser competente sería con retos logrables y reconocimientos. Cuando incluimos nuestras necesidades como padres de familia, la cosa se complejiza un poco más, ya que la idea es pasar tiempo de calidad con los hijos sin perder de vista que los papás y las mamás también necesitan afecto, éxito, autonomía, diversión y supervivencia, unos en mayor intensidad que otros para cada una. Cuando el papá tiene una necesidad alta de autonomía y la mamá una alta de afecto, naturalmente podría verse a la mamá en un rol más afectuoso y al papá en uno más independiente realizando sus cosas. Eso podría generar asuntos de pareja que impactan la crianza de los hijos. En general, se recomienda comprender el perfil de necesidades propias, las de la pareja o el otro padre de familia, y el de cada hijo para lograr actuar en beneficio de todos, sabiendo que los niños necesitan adultos confiables que saben lo que hacen.
¿Qué pasa cuando el ambiente no es favorable?
El ambiente no es favorable para el niño o joven cuando experimenta y percibe recurrentemente miedo, agresión, amenazas, críticas, tareas irrealizables y órdenes, además de que podría estar comiendo, durmiendo y experimentando el mundo real de maneras inadecuadas. La corteza prefrontal del cerebro tiene un crecimiento importante en el primer año de vida y otro entre los 15 y los 20 años de edad cuando la persona se siente querida, competente, divertida, libre y segura. La parte frontal de la corteza cerebral no se desarrolla adecuadamente cuando el joven lleva relaciones con sus padres, maestros y/o compañeros donde se siente aislado, coaccionado, incompetente, inseguro y/o aburrido, lo cual repercute seriamente en su madurez, desarrollo físico y salud física y mental. Los niños, así como los adultos, tienen cuatro necesidades psicológicas (afecto, ser competente, autonomía, diversión) genéticas versus una fisiológica (supervivencia), por lo que la insatisfacción continuada de las psicológicas tiene un impacto serio en todo el desarrollo. La calidad de la comida, el sueño y la exploración del mundo natural también impacta seriamente en el desarrollo físico, emocional e intelectual del joven. Una alimentación rica en azúcares añadidos y carbohidratos, combinado con falta de ejercicio y exploración física, y sobre exposición a pantallas de dispositivos digitales, generan desórdenes físicos como la obesidad, el desarrollo de constructos del mundo equivocados, asuntos de movimiento, problemas intelectuales y asuntos éticos y de relaciones interpersonales.
Ponerse en los zapatos del otro (ver desde la perspectiva del otro) y prever consecuencias futuras de su comportamiento es una habilidad que viene con el adecuado desarrollo de la parte frontal de la corteza cerebral y que nos diferencia significativamente de otras especies en el planeta. Es algo que nos gusta ver en los jóvenes como padres de familia y adultos. Sin embargo, eso requiere que los adultos alrededor del joven lideren con el ejemplo y armen las condiciones adecuadas para su desarrollo. Pegarle a los niños, criticarlos, castigarlos, amenazarlos, cantaletearlos, sobre protegerlos (realizar cosas que ellos podrían hacer) y premiarlos para forzar comportamientos que el adulto desea (como al ponerles una tableta o celular para que se calmen), genera resistencia, desagrado, desconfianza y problemas de desarrollo, además de enseñar a realizar esos comportamientos que son ineficaces para resolver problemas de fondo o lograr lo que se espera.
Conozco múltiples casos de niños que a los 4 ó 5 años de edad ya tienen problemas de desarrollo visual, bajo tono muscular, dicción, coordinación, salud física y relaciones. Al entrar a analizar los casos, una parte significativa se debe a problemas de crianza y educativos. Hay niños que solo con criticar recurrentemente su comportamiento, desarrollan problemas de reducción en el campo visual, gastritis, orinarse sin aguantar y conductas agresivas. Al ser sobre protegidos, están más propensos a realizar pataletas y desarrollar asuntos de expresión oral, tono muscular y enfermedades virales o bacterianas. Al ponerles tareas o actividades que son demasiado difíciles, puede generar baja autoestima y tristeza. Al darles órdenes todo el día entre la casa y el colegio, pueden desarrollar conductas contrarias a lo que se pide o simplemente hacer las cosas con baja calidad y creatividad. Al premiarlos o sobornarlos con tabletas o celulares para que se calmen mientras se come en la mesa o se atiende una visita, desarrollan patrones de comportamiento para manipular al cuidador (papá, mamá, nana, etc.) con el fin de obtener su santa voluntad en el momento que lo desean.
¿Cómo hacían mamá y papá cuando iban con su hijo a un restaurante y no existía ni Internet ni dispositivos electrónicos? Yo viví esa época cuando niño y me acuerdo que simplemente hablábamos y comíamos, y en ocasiones nos divertíamos con juegos de papel donde coloreábamos o resolvíamos algo. Eso ayuda a la motricidad fina y a las relaciones en familia.
¿Cómo crear el ambiente favorable y específico para cada niña(o)?
En la siguiente parte del artículo desarrollaré algunas ideas clave para el perfil específico de cada niño o niña.
Bibliografía
Glasser, W., 1999. Teoría de la Elección: Una nueva sicología de la libertad personal. Paidós.
Perlmutter, D. & Perlmutter, A., 2020. Purifica tu cerebro: Desintoxica tu mente, conéctate con quienes te rodean y despierta una felicidad duradera. Grijalbo.
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